Nuevos estudios aseguran que las posibilidades de concebir se reducen un 50% cuando la mujer atraviesa a diario por situaciones de tensión psicológica.
Esa premisa que durante años viene siendo repetida casi como un mantra por madres, abuelas, tías y amigas cada vez que una mujer no logra quedar embarazada, ahora cuenta con una aval científico: según un estudio reciente, el estrés, tanto físico como psicológico, puede reducir hasta 50% las chances femeninas de concebir.
Para arribar a esta conclusión, la investigación realizada con el apoyo del Instituto Nacional de Salud Infantil y Reproducción Humana de los Estados Unidos partió de la premisa de poner foco en la causa de la infertilidad y no únicamente en la solución, yendo a contramano de la tendencia mundial. A partir de ese enunciado los investigadores buscaron optimizar la posibilidad de concebir en forma natural. Para ello, y con el objetivo de indagar sobre una posible relación con la obtención o no del embarazo, se estudió también la presencia de cortisol y de alfa amilasa en la saliva de un grupo de mujeres. Éstos son dos importantes biomarcadores que se incrementan ante situaciones de estrés, y como resultado, se observó que quienes tenían niveles más elevados de alfa amilasa eran 29% menos fértil, lo que reducía 50% sus chances de concebir. En ese sentido, se reafirma que las situaciones de mucha tensión (como ser viajes, duelos, exámenes o excesiva actividad física) pueden provocar atrasos menstruales, falta de ovulación, falta de menstruación y, en caso de búsqueda del embarazo, dificultades para lograrlo.
“Conocíamos la importancia que tiene una región del cerebro, el hipotálamo, en la función reproductiva. Sin embargo, este trabajo, además de ser el primero en el mundo en demostrar científicamente una asociación entre estrés e infertilidad, contradijo la tendencia actual que consiste en utilizar directamente algunas de las técnicas de reproducción asistida, en vez de indagar primero sobre la causa real de la disfunción, para lograr optimizar la fertilidad natural”, remarca la doctora Ester Polak de Fried, médica especialista en fertilidad y directora del Departamento de Medicina Reproductiva del Centro Especializado en Reproducción (CER).