Es especialista en fertilidad y en endocrinología reproductiva. La doctora Ester Polak lideró un experimento revolucionario junto con el científico José Cibelli, uno de los pioneros en la técnica de clonación mundial. Por primera vez en el mundo, investigadores argentinos consiguieron fecundar óvulos de mujeres que estaban congelados, sin necesidad de usar espermatozoides.
El resultado del experimento no podría dar lugar a un ser humano, pero sí podría llegar a ser una fuente futura de células madre que servirían como autoreparadoras para mujeres con la enfermedad de Alzheimer, el mal de Parkinson o la diabetes.
Los investigadores preservaron óvulos de mujeres que tenían 32 años promedio a muy baja temperatura, los descongelaron y los activaron con dos sustancias químicas. Así, se aplicó la partenogénesis, que es una forma de reproducción asexual, que naturalmente ocurre en hormigas, abejas y pulgas de agua. También se da en plantas. Presenta la particularidad de que el óvulo activado empieza a desarrollarse sin llevar cromosomas específicamente masculinos.
“De este modo se quiebra el conflicto moral, ya que no se está destruyendo un futuro embrión”, explica Polak orgullosa mientras piensa su deseo: “Que las mujeres no teman desarrollar su potencial y que no se autodiscriminen”.