La técnica es una forma de reproducción asexual. No genera embriones, pero pueden producirse células madre. Estas serían útiles en el futuro para tratar a mujeres con Alzheimer, Parkinson o diabetes.
Por primera vez en el mundo, investigadores argentinos que trabajan en el país y en los Estados Unidos consiguieron fecundar óvulos de mujeresque estaban congelados, sin necesidad de usar espermatozoides. El resultado del experimento no podría dar lugar a un ser humano, pero sí podría a ser una fuente futura de células madre que servirían como “autorreparadoras” para mujeres con la enfermedad de Alzheimer, el mal de Parkinson o la diabetes.
El experimento fue liderado por Ester Polak de Fried, del CER Instituto Médico, en Capital, y uno de los pioneros en la técnica de clonación mundial, José Cibelli, quien investiga en la Universidad del Estado de Michigan, en EE.UU. Pero esta vez la clonación no fue de la partida: se la piensa como un camino para obtener las células madre, aunque es una técnica muy discutida. Genera un embrión al que hay que extraerle las células madre y después se lo descarta.
Para evitar ese camino, se manejan otras alternativas, como la que desarrolló ahora el equipo de Polak y Cibelli. Los investigadores preservaron óvulos de mujeres que tenían 32 años en promedio a muy baja temperatura, los descongelaron y los activaron con dos sustancias químicas. Así, se aplicó la “partenogénesis”.
Esta modalidad —una forma de reproducción asexual— ocurre naturalmente en especies como las hormigas, las abejas y las pulgas de agua. También se da en plantas. Presenta la particularidad de que el óvulo activado (se lo llama partenote) empieza a desarrollarse sin llevar cromosomas específicamente masculinos.
Durante el experimento de Cibelli y Polak, los óvulos activados artificialmente alcanzaron el estadio de blastocisto. “Pero nunca podría dar lugar un ser humano, porque carecen del componente cromosómico masculino”, dijo a Clarín Ester Polak, que estuvo la semana pasada presentando el estudio en el congreso de la Asociación Americana de Medicina Reproductiva en Estados Unidos.
“Cuando se trata de la reproducción sexual normal, el óvulo se pone en contacto con el espermatozoide —explicó Polak—. Si hubo fertilización, a las 18 horas el óvulo pasa a tener dos pronúcleos. Uno tiene el material cromosómico del óvulo y el otro, el del espermatozoide”.
Si todo sigue adelante, empieza el proceso por el cual los dos pronúcleos se combinan y disparan la división celular. A las 48 horas, ya hay cuatro células que van a formar el blastocisto al quinto día. Después de implantarse en el útero, el proceso puede tener como desenlace el nacimiento de un bebé. En cambio, con la partenogénesis, los óvulos “se creen que han sido activados por espermatozoides, aunque no lo son”, detalló Daniel Salamone, investigador en biotecnología animal de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, que participó en el experimento. Otros autores del trabajo son Pablo Ross, Gisela Zang, Andrea Divita, Kerriane Cunniff y Flavia Denaday.
“Un estudio anterior de Cibelli había demostrado que se puede encontrar células madre en óvulos de monos activados por partenogénesis. Por lo cual, ahora se podría hallar esas células dentro de los óvulos activados que se consiguieron durante la investigación”, dijo Salamone.
“Tenemos la esperanza de encontrar las células madre en los óvulos activados que conseguimos. Es un gran desafío, porque hay una carrera mundial para conseguirlas por las vías que menos conflictos éticos generen“, comentó Polak, a cargo de uno de los primeros bancos privados de óvulos congelados e integrante de la Federación Internacional de Sociedades de Fertilidad.
Con el estudio que dirigió con Cibelli, que fue publicado en la revista Fertility and Sterility de setiembre, se abrió la posibilidad de que en el futuro las mujeres no sólo guarden óvulos en congeladores por los motivos que hoy lo hacen. En la actualidad, algunas congelan porque postergan el momento de tener hijos pero desean conservar óvulos de buena calidad. Otras lo hacen para asegurar su fertilidad, tras recibir un tratamiento oncológico.
Si se encontrasen realmente las células madre por partenogénesis y si esas células se convirtiesen en tratamientos efectivos para un montón de enfermedades no transmisibles, las mujeres podrían guardar sus óvulos como un seguro para cuidar su salud.